Miguel Hernández

La efímera presencia de Miguel Hernández en la provincia de Jaén, de 72 días, desde el 2 de marzo al 12 de mayo de 1937, causó una trascendental impronta, no solo en la provincia, sino en la propia literatura universal, puesto que esta breve estancia en Jaén es una de las más prolíficas de su trayectoria literaria.

Nacido en Orihuela en 1910, Miguel Hernández llega a Jaén tras causar baja en el Quinto Regimiento y en su 1ª Brigada Móvil de Choque, en la que era jefe del Departamento de Cultura y emisario arengando a las tropas en el frente.

Tras esta baja, es destinado a Jaén como comisario en el organismo de propaganda “Altavoz del Frente Sur” con una misión muy clara: colaborar en la redacción de prosa y poesía de guerra para su publicación en los periódicos y octavillas del frente.

Así, impulsa Frente Sur, evolución de la Revista «Venceremos». El periódico se imprime en cuatro páginas de papel de alta calidad y con abundancia de ilustraciones, que sale dos días a la semana, con redactores anónimos, entre los que llegó a escribir Antonio Machado y donde el propio Miguel Hernández firmaba a veces con el seudónimo de Antonio López.

Frente Sur, en su número inicial y en la editorial de presentación “A todos: ¡Salud!”, se define como:

un periódico del frente y de la retaguardia. Es un periódico de guerra. De guerra implacable en contra del traidor y del invasor (…)

Una labor como comisario en el Altavoz del Frente Sur que llevará a Miguel Hernández a cubrir la crónica del asedio al Santuario de la Virgen de la Cabeza en Andújar y a tener conocimiento directo de la Batalla de Lopera, entre otras actuaciones.

En la capital giennense residirá en el edificio del Comisariado, sito en el número 9 de la calle Llana –hoy Francisco Coello, 9–, palacio de los marqueses de Blanco Hermoso, y donde se localiza también el Altavoz del Frente Sur.

La fecunda y significativa obra de Miguel Hernández en Jaén se inicia el mismo día de su llegada, puesto que el dos de marzo fecha “Aceituneros”, llegando a ser himno provincial en Jaén. Posteriormente, el cuatro de marzo data su prosa “La lucha y la vida del campesino español”.

ACEITUNEROS

Andaluces de Jaén,

aceituneros altivos,

decidme en el alma: ¿quién,

quién levantó los olivos?

No los levantó la nada,

ni el dinero, ni el señor,

sino la tierra callada,

el trabajo y el sudor.

Unidos al agua pura

y a los planetas unidos,

los tres dieron la hermosura

de los troncos retorcidos.

Levántate, olivo cano,

dijeron al pie del viento.

Y el olivo alzó una mano

poderosa de cimiento.

Andaluces de Jaén,

aceituneros altivos,

decidme en el alma: ¿quién

amamantó los olivos?

Vuestra sangre, vuestra vida,

no la del explotador

que se enriqueció en la herida

generosa del sudor.

No la del terrateniente

que os sepultó en la pobreza,

que os pisoteó la frente,

que os redujo la cabeza.

Árboles que vuestro afán

consagró al centro del día

eran principio de un pan

que sólo el otro comía.

¡Cuántos siglos de aceituna,

los pies y las manos presos,

sol a sol y luna a luna,

pesan sobre vuestros huesos!

Andaluces de Jaén,

aceituneros altivos,

pregunta mi alma: ¿de quién,

de quién son estos olivos?

Jaén, levántate brava

sobre tus piedras lunares,

no vayas a ser esclava

con todos tus olivares.

Dentro de la claridad

del aceite y sus aromas,

indican tu libertad

la libertad de tus lomas.

Miguel Hernández está muy vinculado también con otro municipio jiennense, Quesada, por medio de su esposa Josefina Manresa. Miguel y Josefina se casaron el nueve de marzo en el juzgado de Orihuela, apenas una semana después de ser destinado a Jaén. Aunque ésta apenas estuvo 3 años en dicha localidad, puesto que su padre era guardia civil y lo consignan a otro destino, ambos deseaban conocer el pueblo natal de su esposa. Viaje que jamás pudieron realizar juntos (ella sí lo visita con posterioridad en 1964, alentada por unos amigos que le insistieron para que conociera el pueblo), como expresa Josefina Manresa en sus Memorias:

Estando en Jaén, con Miguel, le expresé mi deseo de ir a conocer mi pueblo, y a él también le ilusionaba conocerlo y complacerme, pero resultó Quesada estar más lejos de Jaén de lo que nosotros creíamos, y no había un medio fácil para ir, y por mi precipitada estancia allí nos quedamos con ese deseo.”

Miguel Hernández y Josefina Manresa tuvieron dos hijos. El primero de ellos, Manuel Ramón, protagonista de muchos de sus versos, nació el 19 de diciembre de 1937, pero falleció a los pocos meses de nacer. Hay que enfatizar el que dedica a su mujer cuando conoce que va a ser padre, por ser uno de los últimos poemas que escribe en Jaén: Canción del esposo soldado, que aparece publicado en El mono azul (revista del bando republicano durante la Guerra Civil) de 10 de mayo de 1937:

He poblado tu vientre de amor y sementera,

he prolongado el eco de sangre a que respondo

y espero sobre el surco como el arado espera:

he llegado hasta el fondo. (…)

A su segundo hijo, Manuel Miguel, dedicó las famosas Nanas de la cebolla:

(…)

En la cuna del hambre

mi niño estaba.

Con sangre de cebolla

se amamantaba.

Pero tu sangre

escarchaba de azúcar,

cebolla y hambre. (…)

Al finalizar la Guerra Civil, tras pasar clandestinamente la frontera de Portugal, es detenido por la policía del dictador fascista Salazar y entregado a las autoridades franquistas. Tras su cautiverio en las cárceles de Sevilla y de Madrid (donde escribió las Nanas de la cebolla), fue liberado gracias a las gestiones de sus amigos y porque pasar la frontera de forma clandestina no lo consideraron un delito grave y así desahogar las abarrotadas cárceles.

Pero al volver a Orihuela en busca de su esposa y su hijo es delatado y encarcelado de nuevo, juzgado, acusado de adhesión a la rebelión militar y sentenciado a muerte, aunque la pena de muerte le es conmutada por 30 años de prisión.

En prisión sufre lamentables penurias que lo hacen enfermar gravemente de bronquitis y después tifus, que derivaron en una mortal tuberculosis, falleciendo el 28 de marzo de 1942 en la cárcel de Alicante.

Producción literaria de Miguel Hernández

El prematuro fallecimiento de Miguel Hernández a los 31 años de edad, truncó una de las trayectorias más brillantes de la literatura española, que experimenta una prodigiosa evolución, desde el gongorismo reinante en la Generación del 27 como se manifiesta en “Perito en Lunas”, al heroísmo popular infundido por la Guerra Civil como exhibe en “Viento del Pueblo” o se descubre un Miguel Hernández sobrecogido por el dolor y la miseria en “Cancionero y romancero de ausencias”.

Producción Literaria:

Su “época giennense” está claramente marcada por ese heroísmo popular y que tienen acogida en las páginas del periódico Frente Sur:

«Compañera de nuestros días», nº 1 –21 de marzo de 1937–;

firma con el pseudónimo de Antonio López.

«Los evadidos del infierno fascista», nº 3 –28 de marzo de 1937–

«En el frente de Extremadura», nº 6 –8 de abril de 1937–. Firmado con las Iniciales M. H.

«El hijo del pobre», nº 6 –8 de abril de 1937–; firmado con el pseudónimo de Antonio López.

«La ciudad bombardeada», nº 7 –11 de abril de 1937–.

«El hogar destruido», nº 8 –15 de abril de 1937–.

«Sobre el Decreto del 8 de abril. El fascismo y España», nº 9 –18 de abril de 1937.

«La vida en la retaguardia», nº 9 –18 de abril de 1937–; firmado como Miguel López. Lo data, sin fecha, en La Carolina.

«Los hijos del hierro», nº 12 –1 de mayo de 1937–; bajo el pseudónimo de Antonio López.

«La fiesta del trabajo», nº 12 –1 de mayo de 1937–.

«La rendición de la Cabeza», nº 13 –6 de mayo de 1937–.

«Los traidores del Santuario de la Cabeza», nº 15 –13 de mayo

de 1937–.

«Sobre la toma de la Cabeza. Carta y aclaración», nº 15 –13 de mayo de 1937–; La contestación –«Compañero Juan Celdrán», está firma con las iniciales, M. H.93.

«Los problemas del pan», nº 15 -13 de mayo de 1937-, lo firma con el pseudónimo de Antonio López.

«Familia de soldados», nº 17 -20 de mayo de 1937-.

«Ceniciento Mussolini», publicado por vez primera, como «Sanguinario Mussolini», en La voz del combatiente, nº 83; 24 de marzo de 1937.

«Llamo a la juventud», en Nueva Cultura, nº 1; Valencia, marzo, 1937.

A continuación, se exponen sus publicaciones:

1933.- Perito en lunas

1934.- Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras: auto sacramental

1934.- El torero más valiente

1936.- El rayo que no cesa

1937.- Viento del pueblo. Poesía en la guerra

1937.- Labrador de más aire

1937.- Teatro en la guerra

1939.- El hombre acecha

1938-1941.- Cancionero y romancero de ausencias

Portal Web del Legado de Miguel Hernández

https://www.dipujaen.es/miguelhernandez

Portal Web del Museo Zabaleta – Miguel Hernández-Josefina Manresa

http://museozabaleta.blogspot.com/

Portal Web de Miguel Hernández

http://www.miguelhernandezvirtual.es/new/index.php