Basílica de San Ildefonso

Según consta en el Acta del Descenso de la Virgen a Jaén (Archivo de la Academia Bibliográfica Mariana), el 10 de junio de 1430, poco antes de la medianoche, la Virgen descendió a la ciudad de Jaén, acompañada por una fantasmal procesión vestidos de blanco.

Tras un recorrido por las oscuras calles medievales, se detuvo en la humilde parroquia de San Ildefonso y la milagrosa visión se esfumó.

La iglesia se convierte en el santuario de la Santísima Virgen de la Capilla, Patrona de Jaén. Es decir, el lugar es elegido por la propia Virgen, lo que atrae numerosas devociones.

La iglesia, declarada Basílica Menor en el año 2010 por el Papa Benedicto XVI, tiene su origen en el siglo XIII y su templo lo componen tres portadas: la más antigua, de estilo gótico, es la que se encuentra en la parte trasera de la iglesia; la portada lateral, de estilo renacentista y la portada principal (última en construirse), de estilo neoclásico.

Esta historia no escapa a la investigación de Juan Eslava Galán, que la implementa en su obra Los Templarios y la Mesa de Salomón y cuyo capítulo ingeniosamente titula: La Virgen que paseó por Jaén.

(…) los atónitos siete testigos del milagro contemplaron a una fantasmal comitiva que descendía por la calle Maestra del Arrabal de San Ildefonso, en el barrio extramuros de la ciudad medieval. (…)

Los Templarios y la Mesa de Salomón. Capítulo 9.