Monasterio de San José del Salvador

San Juan de la Cruz arriba a Beas como Prior del Convento del Calvario porque la Madre Ana de Jesús (a la que tuvo en gran estima, tanto que le dirige el Cántico Espiritual) estima la necesidad de contar con la asistencia espiritual de los descalzos más cerca de su comunidad, pues al encontrarse éstos en la Peñuela (La Carolina), tan lejos de Beas, éstas eran muy escasas.

El Convento del Calvario está totalmente alterado y reconvertido en una gran cortijada, conservándose solo algunas partes del mismo y un manantial de agua, que bien puede ser el que inspirara al santo carmelita la estrofa 35 del Cántico Espiritual, que está grabada en la estatua de San Juan de la Cruz que hay en la plaza de entrada al Monasterio de San José del Salvador:

“Gocémonos, Amado,

 y vámonos a ver en tu hermosura

 al monte y al collado,

 do mana el agua pura;  entremos más adentro en la espesura.” (…

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No estando disponible la visita al Calvario, es en el Monasterio de San José del Salvador de la Orden de las Carmelitas Descalzas, donde el poeta místico actúa de confesor y director espiritual de las monjas, el principal espacio histórico donde seguir las huellas del Santo y donde se sintió tan reconfortado durante toda su estancia, que no deja de volver a Beas para pasar incluso largas temporadas, como se demuestra en algunas de las cartas que envía asiduamente a las Carmelitas.

(…) ¿Piensan que, aunque me ven tan mudo, que las pierdo de vista y dejo de andar echando de ver cómo con gran facilidad pueden ser santas, y con mucho deleite y amparo seguro andar en deleite del amado Esposo? (…)

Carta de fray Juan a las Carmelitas de Beas que le reprochan su tardanza y olvido en responderles.  (Los Cien Avisos de Beas).

Por otro lado, el Monasterio de San José del Salvador fue la décima fundación de Santa Teresa y primera en Andalucía y de su conjunto conventual, destaca su iglesia, construida durante la primera mitad del siglo XVII, que es de un bello barroco clasicista.

En la plaza de entrada al Monasterio se puede observar la estatua de San Juan de la Cruz (y otra de Santa Teresa) y ya en el interior, se puede visitar el museo-relicario del Monasterio, destacando diversos ornamentos litúrgicos y reliquias de San Juan de la Cruz, un busto del Santo, una copia del dibujo original del Monte Carmelo hecho por él mismo para la Madre Magdalena del Espíritu Santo, monja de Beas, o el Libro de las Profesiones con siete autógrafos inéditos del poeta místico, entre otros elementos de interés.

También se puede visitar el locutorio donde San Juan de la Cruz confesaba y atendía espiritualmente a las monjas. En él, hay un cuadro del afamado pintor Ricardo Sanjuán, que representa la llegada del Santo a Beas y la primera entrevista con sus religiosas.