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Iglesia de Santa María la Mayor

El templo parroquial de Santa María conocida como “la Mayor”, habla de su preeminencia sobre los demás templos parroquiales de la ciudad.

La iglesia es una de las joyas más preciadas del patrimonio andujareño y hay que señalar la riqueza mueble que atesora, donde podemos destacar la presencia de un Greco auténtico, la Oración en el huerto, en el retablo de la Capilla Mayor o el autógrafo sanjuanista de Dichos de Luz y Amor en la capilla y altar del Cristo de la Paciencia, lo que la convierten en uno de los templos más significativos de la provincia de Jaén.

Aunque no está claro cómo llegó el manuscrito o códice de Andújar a la ciudad, sí se sabe que perteneció a una familia noble de Andújar (los PIédrolas) desde tiempo inmemorial, seguramente como prenda de gratitud por favores a los Carmelitas Descalzos.

Pero lo más importante es que el manuscrito es una pieza fundamental puesto que, además de ser una joya de incalculable valor en sí misma, se ha usado para contrastar si otros manuscritos son o no de mano y letra de San Juan de la Cruz.

El manuscrito original, encuadernado en pergamino y adornado con bordados dorados, estaba permanentemente expuesto en la capilla y altar del Cristo de la Paciencia, por lo que se estaba deteriorando y presentaba alteraciones diversas, por lo que debió ser restaurado en el Centro Nacional de Restauración de Libros y Documentos, dependiente de la Dirección General del Patrimonio Artístico y Cultural.

Terminado el trabajo de restauración, el original se encuentra en la Iglesia Santa María La Mayor a buen recaudo y con las condiciones técnicas necesarias para su conservación, mientras que el códice de Andújar que se expone en la capilla y altar del Cristo de la Paciencia es un facsímil con una gran fidelidad al original sanjuanista.

Por último, indicar que la Iglesia Santa María La Mayor fue construida sobre una antigua mezquita, en la segunda mitad del siglo XV en estilo gótico, presentando una serena unidad espacial en su interior y gran calidad en su fabricación.

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Monasterio de Santa Teresa de Jesús

El Monasterio de Santa Teresa de Jesús, de estilo barroco, se funda sobre una casa-palacio en 1615 (la construcción del templo se inicia en 1673), tras varios intentos fallidos de fundar en la capital giennense.

Es un templo de estilo carmelitano muy austero y de una composición muy sencilla, que le otorga a su vez una gran belleza. Además de la propia arquitectura, el monasterio cuenta con importantes tesoros en su interior, retablos, esculturas o pinturas, pero donde debemos destacar un auténtico tesoro bibliográfico: el manuscrito del Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz, también llamado Códice de Jaén.

El Códice de Jaén no es manuscrito autógrafo sanjuanista, pero sí copia directa de la redacción del poeta místico, llegando al monasterio de la capital giennense a través de Ana de Jesús que lo entrega a la madre Isabel de la Encarnación y lo lleva siempre consigo hasta que la envían a la nueva fundación de Jaén, quedando en el monasterio el manuscrito desde entonces. El manuscrito, por tanto, lleva en el monasterio desde su fundación y se guarda desde principios del siglo XX en un estuche de plata en forma de caja finamente tallada y éste, a su vez, protegido por una caja de roble.

El Códice giennense es una verdadera reliquia literaria, siendo el más importante de todos los que se hallan en los conventos de esta provincia, y uno de los más valiosos de todo el orbe carmelitano, al contar con una estrofa exclusiva, la estrofa XI.

Estrofa XI

(…) Descubre tu presencia,

y máteme tu vista y hermosura;

mira que la dolencia

de amor, que no se cura

sino con la presencia y la figura. (…)

Cántico Espiritual. San Juan de la Cruz

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Convento de la Inmaculada Concepción Carmelitas descalzas

Este convento carmelita fue fundado en marzo de 1595, siendo su primera Priora la Reverenda Madre Ana de la Encarnación, compañera de Santa Teresa de Jesús.

En el convento prima la falta de ornamentación, de acuerdo con la austeridad que refleja el espíritu de la Orden, pero en dependencias interiores existe una valiosa exposición permanente denominada “Los Tesoros de la Clausura”, que cuentan con una importante colección pictórica entre los que destaca el primitivo retrato de San Juan de la Cruz, pintado por Fray Juan de las Miserias.

También dispone de otras importantes e interesantes colecciones escultóricas, relicarios, ornamentos, etc.

Hoy siguen habitando el convento las Hermanas Carmelitas Descalzas, siendo famosas sus labores de repostería, entre las que cabe destacar los exquisitos roscos de anís de venta en el torno del propio convento.

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Colegiata de Santa María de los Reales Alcázares

La Colegiata de Santa María de los Reales Alcázares es Monumento Nacional y parte del conjunto Patrimonio de la Humanidad y recientemente declarada Basílica Menor, es la principal iglesia de Úbeda.

Su vinculación con San Juan de la Cruz viene dada porque en la Colegiata se custodiaron y veneraron las reliquias de San Juan de la Cruz desde la exclaustración de los Carmelitas Descalzos en 1836 hasta su regreso en 1905.

Este templo ha experimentado numerosas transformaciones a lo largo de su historia por lo que no tiene una única unidad arquitectónica definida, pero quizás eso la hace más atractiva.

La iglesia es de base gótica y está construida sobre una mezquita. A su vez, engloba estilos arquitectónicos muy variados: mudéjar, gótico, renacentista, barroco neogótico…

Sin duda, tendrás que visitarla y descubrir todos los tesoros que encierra.

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Casa del cirujano Ambrosio de Villarreal

El licenciado cirujano Ambrosio de Villarreal perteneció a una familia ubetense cuna de grandes y afamados médicos.

Este personaje cobra gran importancia en el itinerario sanjuanista porque fue quien asistió a San Juan de la Cruz cuando enfermó y llegó al convento ubetense de los carmelitas, certificando su fallecimiento.

La casa del cirujano se encontraba en la calle de Las Parras, que mezcla las casas de blancas fachadas con la esplendorosa arquitectura palaciega del siglo XVI, por lo que la calle está cuajada de hitos históricos que son de gran interés para el visitante, siendo recomendable su visita pausada.

Entre su arquitectura palaciega destaca la Casa de la Inquisición (aún existente), la Cárcel Episcopal o de Corona y el Hospital de Santa Marina, así como la mayor muestra arquitectónica de la calle, el Palacio de los Porceles, obra manierista del XVI.

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Antiguas casas consistoriales

Antigua sede del Ayuntamiento, es un magnífico ejemplo de arquitectura civil renacentista. En la galería de la planta alta hay dos hornacinas, una con la imagen de San Miguel Arcángel, patrón de la ciudad y otra de San Juan de la Cruz. Hoy día alberga el Conservatorio de Música “María de Molina”.

En este lugar se gestionó sin éxito la restitución del cuerpo de San Juan de la Cruz a Úbeda. Sus restos mortales fueron sustraídos sigilosamente dos años después de su muerte, durante la media noche, antes de que la ciudad advirtiese el hurto y fuese llevado a Segovia.

Aunque la furtiva operación fue observada por un vecino de la calle, el albañil Salvador Quesada, que por temor o por cualquier otra causa no dio aviso hasta el día siguiente.

También es interesante conocer que Cervantes vivió un tiempo en Úbeda, por lo que debió conocer la noticia, ya que luego la inmortaliza en el capítulo XIX de la primera parte del Quijote, donde el famoso hidalgo entabla una de sus aventuras contra “hasta veinte encamisados”, que llevan un féretro hasta Segovia, aunque indican que vienen de Úbeda.

En cualquier caso, la ciudad de Úbeda no se resignó al expolio y entabló pleito con Segovia. Desde las antiguas casas consistoriales se aprobó en febrero de 1596 la petición de la devolución del venerado cuerpo del Santo al Papa Clemente VIII que expide su Breve Apostólico “Expositum nobis fuit” en el que reconoce los derechos de Úbeda y manda la restitución del cadáver a donde se le dio primera sepultura.

Como es sabido, Segovia no facilita el cuerpo y Úbeda, tras el largo y ruidoso pleito, en 1607 consigue recuperar parte de las reliquias del reformador carmelitano, un dedo y una tibia, que se encuentran en el Museo de San Juan de la Cruz.

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Casa de los Méndez

En plena plaza de López Almagro, en el casco histórico de la ciudad, se encontraba la Casa de los Méndez, que cobra especial importancia para la ruta literaria de San Juan de la Cruz en Úbeda porque aquí es donde se veneraron sus reliquias antes de ser llevadas a la Colegiata de Santa María de los Reales Alcázares.

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Calle San Juan de la Cruz

Úbeda rinde homenaje al Santo con una calle con su nombre. Esta calle, que se llamaba anteriormente calle del Toril, se sitúa en confluencia con la calle Carmen y justo al lado del Museo Oratorio de San Juan de la Cruz, precisamente donde falleció el poeta místico, por lo que la elección del nombre de la calle no puede ser más acertada.

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Sacra capilla de El Salvador

La Sacra Capilla de El Salvador del Mundo es un extraordinario panteón funerario mandado construir por una de las más importantes figuras de la época, Francisco de los Cobos, secretario personal del Emperador Carlos V.

El panteón tiene una importante vinculación con el reformador carmelitano porque aquí se celebraron las últimas y solemnes informaciones conducentes a la beatificación de San Juan de la Cruz, el más grande y esclarecido de nuestros místicos. Hecho que ocurre el 6 de septiembre de 1674 por el Papa Clemente X, si bien el Decreto no se expide hasta el 25 de enero de 1675.

El templo en sí mismo es uno de los ejemplos más logrados del Renacimiento español, donde trabajaron los más ilustres virtuosos de la época: Diego de Siloé como autor de las trazas generales del templo; el inigualable Andrés de Vandelvira como maestro de obras; Berruguete, autor del retablo del altar mayor; Esteban Jamete, escultor de la fachada y la sacristía; o Francisco de Villalpando, autor de la rejería.

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Puente Ariza

El Puente Ariza, proyectado por el ilustre arquitecto Andrés de Vandelvira, bajo la dirección de obras del cantero Antón Sánchez, de Úbeda y financiado por el Obispo de Jaén, don Diego de los Cobos de Molina, está construido sobre el río Guadalimar y cobra importancia porque se trataba de la principal vía de comunicación entre Úbeda y la Peñuela (La Carolina), por lo que fue paso obligado de San Juan de la Cruz para acceder a la ciudad a la que acudió a “curarse de unas calenturillas”.

El puente, importante en sí mismo por ser una obra cumbre de la ingeniería civil de Vandelvira, por el tratamiento de los sillares, el tamaño del arco principal y su encaje en el paisaje, tiene una longitud de 99,5 metros y es Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento, desde el 4 de febrero de 1993.

Desde 1998 no es transitable, como consecuencia de la entrada en funcionamiento del Pantano de Giribaile, quedando sumergido parcialmente bajo las aguas y emergiendo en periodos de sequía.