Cripta del Barón de Velasco

Esta cripta funeraria familiar, estilo neobizantino, fue construida por encargo de Fernando Ruano Prieto, Barón de Velasco, bajo la Capilla patronal de su misma familia en la Iglesia de San Juan. El diseño es del arquitecto Antonio Flórez Urdapilleta, destacando sus resplandecientes teselas doradas, el ábside presidido por un Pantocrátor, rodeado de cuatro querubines y tres estatuas esculpidas en mármol de Carrara por el valenciano José Capuz, que representan a las Virtudes Teologales (la Fe, la Esperanza y la Caridad).

Lo más singular es su ingenioso mecanismo de desplazamiento a través de rieles para el acceso a los nichos mortuorios. Éstos quedaban ocultos tras las estatuas y se accionaban cuando había que sepultar a alguien. Este es el espacio que Juan Eslava Galán había elegido para ocultar la lápida templaria en su obra, que en la ficción denomina Cripta del Barón de Velillos. El autor también recrea los destrozos que sufrió durante la Guerra Civil Española.

(…) Penetraron en una estrecha estancia. A la derecha arrancaba un monumental tramo de escalera descendente, de mármol de Carrara, muy destruida y llena de cascotes. Descendieron con las linternas encendidas. La escalera describía media circunferencia y desembocaba en una diminuta estancia subterránea en forma de cruz griega. Uno de los lados de la cruz estaba ocupado por un reducido altar tan concienzudamente destrozado que casi resultaba irreconocible. Enfocaron las linternas hacia el suelo. En el centro se amontonaban, dificultando el tránsito, tres monumentales esculturas de mármol de Carrara, de dos metros de altura, tumbadas una encima de otra.(…)