Paseo de las murallas

Poco a poco, Antonio Machado va adaptándose al ambiente rural de Baeza y su deslumbrante paisaje extramuros. Disfruta de paseos periurbanos que lo llevan al cerro del Alcázar y sobre los restos de la antigua muralla. Uno de los espacios más frecuentados por Antonio Machado, que lo recorre una y otra vez en sus ejercicios de meditación.

En un punto de dicho paseo una placa y un monumento a Antonio Machado con busto de Pablo Serrano recuerdan al poeta en la actualidad. Dicha escultura se realizó para el homenaje al poeta en 1966, aunque no llegó a Baeza hasta 1983. Desde los miradores del paseo domina el valle medio del Guadalquivir con su hermoso horizonte alfombrado de olivos y recortado por las sierras de Cazorla, de Mágina y los montes Aznaitín y Jabalcuz.

Esta estampa le sirve de evasión y de impulso a su capacidad creadora, naciendo aquí sublimes versos que describen este paisaje.

CAMINOS

(…) De la ciudad moruna

tras las murallas viejas,

yo contemplo la tarde silenciosa,

a solas con mi sombra y con mi pena.

El río va corriendo,

entre sombrías huertas

y grises olivares,

por los alegres campos de Baeza

Tienen las vides pámpanos dorados

sobre las rojas cepas.

Guadalquivir, como un alfanje roto

y disperso, reluce y espejea. (…)

Monumento a Antonio Machado en el Paseo de las Murallas