Acueducto del Carmen y senda de los Huertos

El 2 de noviembre de 1925, García Lorca fecha una tarjeta postal con la imagen del Acueducto del Carmen y la Senda de los Huertos, muy próximo al domicilio que utiliza como residencia, en la calle Carrera de Jesús. En esta postal, dirigida a su amigo Melchor Fernández Almagro, residente en Madrid, le recomienda su visita a Jaén: “Estoy seguro que encontrarías magnífico el carácter de este paisaje”.

La Senda de los Huertos era uno de los patrimonios paisajísticos de la ciudad hasta que se ha ido urbanizando desde la década de los sesenta del siglo XX hasta la actualidad. Esta zona, cargada de historia (se han localizado restos romanos y musulmanes), constituía un paisaje de huertos distribuidos en bancales y jardines abalconados de los patios de las casas sobre las que sobresalían las torres de la Catedral, lo que le imprimía a la Senda su seña de identidad.Junto a estos huertos estaba el antiguo Acueducto del Carmen, de origen romano, con dieciséis arcos de medio punto construidos en piedra y ladrillo que sostenían el canal. El Acueducto fue eliminado por demolición en 1976 y actualmente no se conserva nada del mismo.

Casa de calle Carrera de Jesús

En su viaje a Jaén, Federico García Lorca se aloja en la casa de Don Manuel Montero Sola en la calle Carrera de Jesús. El edificio consta de tres plantas con fachada lateral de piedra vista, mientras que en la fachada principal aparecen dos balcones centrales flanqueados por dos miradores con rejería y un escudo nobiliario en un lateral. En sus jardines traseros se encontraba el Acueducto del Carmen.

El paisaje Giennense

El encuentro con el paisaje de Jaén y sus gentes sorprendió al joven Lorca, acostumbrado a la llana fecundidad de la huerta y la vega granadina.

Sin duda, este paisaje giennense le influyó nítidamente durante sus largos paseos periurbanos por el cerro del Alcázar, sobre los restos de la antigua muralla. Un lugar que también Machado frecuentaba asiduamente.

El espectáculo que le brinda el horizonte de “montañas azules, en las cuales los pueblos lucen su blancura diamantina de luz esfumada”, en clara referencia a los macizos de Aznaitín y Mágina, dejará huella en su obra, como se expone a continuación:

CIUDAD PERDIDA (BAEZA)

I Baeza

(…) Si se anda más, los yerbazales son tan fuertes que se tragan a las piedras del suelo lamiendo ansiosamente los muros…, y si cruzamos unas callejas más, se contempla la majestuosa sinfonía de un espléndido paisaje. Una hoya inmensa cercada de montañas azules, en las cuales los pueblos lucen su blancura diamantina de luz esfumada. Sombríos y bravos acordes de olivares contrastan con las sierras, que son violeta profundo por su falda. (…)

Plaza del Pópulo/Plaza de los Leones

Al igual que hace con la plaza de Santa María, Federico García Lorca describe la plaza del Pópulo o de los Leones de forma admirada y sombría, lamentándose del abandono en que se halla.

CIUDAD PERDIDA (BAEZA)

I Baeza

(…) En una plaza serena, que tiene un palacito elegante pero mutilado y deshecho, un altar gracioso con flores de trapo junto a la seriedad aristocrática de un arco triunfal con aire guerrero, y una fuente con leones desdibujados en la piedra (…)

La Plaza del Populo era una de las plazas más importantes de Baeza, que albergaba los principales edificios públicos.

En esta plaza se localizaban instituciones como las Antiguas Carnicerías -actual sede de los juzgados-, la Audiencia Civil y Escribanía Públicas o casa del Pópulo -actual Oficina de Turismo-, el Arco de Villalar, la Puerta de Jaén o la Fuente de los Leones, llamada así por los elementos ornamentales en forma de león por las que brotaba el agua y que al parecer proceden de las ruinas ibero-romanas de Cástulo, lo cual hoy está en entredicho, pues para los expertos en escultura ibérica su labra en piedra silícea y su apariencia formal hacen pensar en una cronología mucho más moderna.

Catedral, Plaza y fuente de Santa María

El espacio que conforman la Catedral de Baeza, la plaza y la fuente de Santa María son elementos principales en la descripción que Federico García Lorca hace de la ciudad en Ciudad Perdida.

Por un lado, la plaza de Santa María es la que recoge parte de los principales edificios de interés como la propia Catedral, el Palacio de Jabalquinto o las antiguas Casas Consistoriales.

CIUDAD PERDIDA (BAEZA)

I Baeza

(…)

Esta plaza, formidable expresión romántica donde la antigüedad nos enseña su abolengo de melancolías, lugar de retiro, de paz, de tristeza varonil, se proyectaba profanarla cuando visité Baeza.

(…)

Por otro lado, la fuente de Santa María, que toma el nombre de la plaza y que, junto a la fuente de los Leones en la Plaza del Pópulo, es la más emblemática de Baeza. De estilo renacentista y construida a mediados del siglo XVI, posee un cuerpo inferior formado por tres vanos, junto a una estructura columnar con dos frentes, en los cuales se puede observar el escudo de Felipe II.

CIUDAD PERDIDA (BAEZA)

I Baeza

En su centro una fuente de severidad pagana, parece el cuerpo final de un arco de triunfo al que la tierra se hubiera tragado.

(…)

Por último, la Catedral de Baeza, Bien de Interés Cultural desde 1931 y que se ha ido erigiendo sobre sucesivas edificaciones: un templo romano, posteriormente una mezquita, hasta su conversión al culto cristiano en el siglo XIII.

Desde entonces ha sufrido numerosas transformaciones arquitectónicas hasta su estado actual, con múltiples elementos de diversas épocas, como la Puerta de la Luna, de estilo gótico-mudéjar; la Puerta del Perdón, de estilo gótico; o la fachada principal que es de estilo renacentista, que es su carácter más dominante. En la reforma renacentista colaboró Andrés de Vandelvira.

El interior de la Catedral de Baeza también presenta estilos diferenciados, con pilares góticos, bóvedas de crucería, rejas renacentistas, capillas mudéjares y capillas renacentistas, así como el retablo mayor, de estilo barroco. El Museo Catedralicio conserva a su vez piezas de gran valor y reconocido prestigio.

CIUDAD PERDIDA (BAEZA)

I Baeza

(…)

La catedral tapa a la plaza con su sombra, y la perfuma con su olor de incienso y de cera que se filtra por sus muros como recuerdo de santidad.

(…)

Antiguo Casino de Artesanos

Sin duda, uno de los lugares con mayor incidencia literaria en la vida de Lorca. Aquí ocurre su encuentro, cuando es todavía más músico que escritor, con Machado.

Este hecho marcará su orientación artística hacia las letras y lo convertirán en uno de los poetas más universales de nuestra literatura.

El 8 de junio de 1916 tuvo lugar la velada en la que Machado recitó para los viajeros versos de Rubén Darío -muerto meses antes- y fragmentos de La Tierra de Alvargonzález, mientras que Lorca tocó al piano piezas andaluzas como la Danza de la Vida Breve de Falla.

En este recital conoce a María del Reposo Urquía, que interpreta también unas piezas.

Antonio Chicharro, en la colaboración que hace en el libro homenaje del centenario de la llegada de Machado a Baeza Cien Años del Encuentro de Antonio Machado y Baeza o la Celebración de una Poesía como Palabra Esencial en el Tiempo, nos indica que este encuentro supuso además el comienzo de una respetuosa amistad entre Antonio Machado y el joven García Lorca, subrayada en un poema que firma en 1918 el joven estudiante granadino en las primeras páginas de un libro prestado de la primera edición de Poesías Completas de Antonio Machado:

Dejaría en este libro

toda mi alma.

Este libro que ha visto

conmigo los paisajes

y vivido horas santas.

Los ecos de este encuentro se iban a materializar también en el primer poema que escribió, según su hermano Francisco García Lorca, fechado en junio de 1917: Canción. Ensueño y Confusión, de corte absolutamente rubeniano.

Canción

Ensueño y Confusión

(…)

Y llega la noche negruzca y callada

y llega la carne con fe y esplendor

y llega el placer con el dulce extravío.

Más ¡ay! que la muerte llegó y el dolor.

(…)

Palacio de Jabalquinto

El Palacio de Jabalquinto pertenece al interesante itinerario lorquiano porque fue uno de los espacios visitados por Federico García Lorca en Baeza, como especifica Rafael Laínez Alcalá, alumno de Machado en el Instituto General y Técnico:

(…) vi a un grupo de forasteros acompañados por el arcipreste de la catedral baezana (…) que contemplaban la fachada del Seminario, antiguo palacio de Jabalquinto (…) Entre los muchachos (…) iba Federico García Lorca, al que pocos años más tarde conocería yo en Madrid. (…)”

En aquella época, el Palacio pertenecía al Seminario de San Felipe Neri, donde se formaban los futuros sacerdotes.

Actualmente es sede de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), una institución para dar apoyo al sistema de ciencia y tecnología andaluz en la formación de postgrado, la investigación, la transferencia del conocimiento, la digitalización, la formación permanente y la internacionalización. En homenaje a Antonio Machado, la sede de la UNIA en Baeza lleva su nombre. La UNIA se asienta en dos edificios: el Antiguo Seminario Conciliar, edificio barroco enclavado en la plaza de Santa María, frente a la Catedral y el renacentista Palacio de Jabalquinto, un referente de la arquitectura civil renacentista de Baeza, destacando su fachada principal con decoración de estilo gótico isabelino, con bellos ventanales y puntas de diamante en resalte.

Instituto «Santísima Trinidad» de Baeza

El Instituto “Santísima Trinidad” de Baeza es donde Machado toma posesión de la cátedra de lengua francesa, entonces denominado Instituto General y Técnico.

El instituto pertenece al itinerario lorquiano porque era lugar de obligado encuentro en los viajes de estudios de Martín Domínguez Berrueta en Baeza, como lo atestiguan fotografías del profesor de Teoría de las Artes y de la Literatura de la Universidad de Granada.

En algunas de ellas también aparecen Leopoldo Urquía, director del instituto con su hija Paquita, a cuya hermana Lorca dedica Ciudad Perdida.

Así, el joven Lorca visitó el Instituto en sus viajes de estudio.

El Instituto, que actualmente pertenece a la Red Institutos Históricos Educativos de Andalucía, está ubicado en la que fuera sede renacentista de la antigua Universidad de Baeza.

Todavía conserva intacta el aula donde Machado impartía sus clases y en la que se expone mobiliario, pertenencias y documentación relativa a la vida del poeta sevillano como profesor: pupitres antiguos, sillón del profesor con brasero, perchero de madera, paraguas …

Puente Ariza

El Puente Ariza, proyectado por el ilustre arquitecto Andrés de Vandelvira, bajo la dirección de obras del cantero Antón Sánchez, de Úbeda y financiado por el Obispo de Jaén, don Diego de los Cobos de Molina, está construido sobre el río Guadalimar y cobra importancia porque se trataba de la principal vía de comunicación entre Úbeda y la Peñuela (La Carolina), por lo que fue paso obligado de San Juan de la Cruz para acceder a la ciudad a la que acudió a “curarse de unas calenturillas”.

El puente, importante en sí mismo por ser una obra cumbre de la ingeniería civil de Vandelvira, por el tratamiento de los sillares, el tamaño del arco principal y su encaje en el paisaje, tiene una longitud de 99,5 metros y es Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento, desde el 4 de febrero de 1993.

Desde 1998 no es transitable, como consecuencia de la entrada en funcionamiento del Pantano de Giribaile, quedando sumergido parcialmente bajo las aguas y emergiendo en periodos de sequía.

Monumento a San Juan de la Cruz

Muy cerca del museo, en la plaza Primero de Mayo, se encuentra el monumento a San Juan de la Cruz.

Un monumento en forma de escultura, realizado en mármol blanco pulido y piedra caliza, que es obra y donación del escultor malagueño Francisco Palma Burgos.

Fue inaugurado el día 24 de noviembre de 1959, celebrándose en aquel año diversos actos en honor al Santo.

El monumento, en perfecta sintonía con la plaza y la Iglesia de San Pablo, no fue la idea original. Hubo otro proyecto más ambicioso, cuya maqueta podrás contemplar. Pero para eso, tendrás que venir y descubrirlo.