Calle Bernabé Soriano (La Carrera)

Esta emblemática calle, reflejo de la historia de la ciudad de Jaén, es conocida popularmente como “la Carrera” porque aquí era donde se hacían “carreras de caballos” en tiempos del Condestable Iranzo, como Eslava Galán hace mención en su Premio Planeta “En busca del unicornio”.

(…) Y levantó un pañuelo el señor Condestable e hizo seña y sonaron las trompetas y los de a caballo dejáronse venir los unos contra los otros sacando chispas a las piedras en muy fiero galope, las lanzas enristradas, cuanto más de recio los caballos los pudieron traer (…).

En busca del unicornio. Capítulo IV.

La calle Bernabé Soriano es uno de los ejes más representativos de la capital giennense y signo de su identidad. Por lo que no es de extrañar que Juan Eslava Galán la elija para que la comitiva que va en busca del unicornio, con Juan de Olid a la cabeza, entre en Jaén.

(—) Y así fuimos volviendo a la ciudad, con gran alegría y alborozo, e iban delante las trompetas y atabales y chirimías, haciendo tanta música que casi no se entendía lo que detrás en la zaga se hablaba, y, en subiendo por el lugar de la Cerrera, entramos en la ciudad por las puertas de Santa María, cabe a la iglesia Mayor, y luego de seguir la calle de las Campanas, torcimos a la diestra y tomamos la rúa Maestra (…).

En busca del unicornio. Capítulo IV.

Como se comprueba en el fragmento citado, la comitiva cruza la muralla por la monumental Puerta de Santa María -ya desaparecida-, que estaba localizada en la confluencia de la calle Campanas con la Plaza de San Francisco.

Ocurre lo mismo con la desaparecida Puerta Barrera, situada en el inicio de la Avenida de Granada y que el autor aprovecha para señalarla en el texto.

(…) En muy buena ordenanza de la parte contraria, por la puerta de la Barrera, asomaron y fueron subiendo otros veinte caballeros de aquella misma manera, salvo que traían los paramentos azules y con otra bandera y muchas trompetas y atabales, con los cuales venía por capitán mi amigo Gonzalo Mexía (…).

En busca del unicornio. Capítulo IV.

Calle Maestra

La calle Maestra es una de las principales arterias del casco histórico de Jaén, en ella se localizan numerosos comercios y la Oficina de Turismo de Jaén, donde debes acercarte a solicitar mayor información.

El hecho de ser peatonal, facilita mucho el tránsito y la actividad comercial de la zona.

(…) torcimos a la diestra y tomamos la rúa Maestra y la gente se había a las ventanas y subido a los tejados y azoteas y todos saludaban con pañizuelos y daban vivas, y parecía que había fiesta y algazara por un suceso grande (…)

En busca del unicornio. Capítulo IV.

Además, ya en la Edad Media era una vía importante por tener en ella sus casas el Condestable Lucas de Iranzo (Palacio del Condestable Iranzo) y por unir la Plaza Santa María con la Plaza de la Audiencia.

Actualmente forma parte del Camino Mozárabe de Santiago en la ciudad de Jaén.

La taberna “El Gorrión”

Juan Eslava Galán hace un guiño en sus obras a una de las más antiguas tabernas de la ciudad de Jaén, puesto que fue fundada en 1888.

Esta taberna además muestra un “jamón momificado” en el establecimiento que cuenta con una leyenda sobre su origen, con dos versiones.

La primera y más verosímil, es que José María López Cruz, el primer tabernero de la dinastía, mientras colgaba varias piezas jamoneras en la bodega de la taberna, se enteró del fin de la Primera Guerra Mundial y para celebrarlo decidió “perdonar” el jamón para los restos y librarlo de ser consumido.

La segunda y más romántica, es que una princesa rusa que venía huyendo camino a Gibraltar, se topó con la taberna, donde descansar un rato y comer algo para reponer fuerzas. La princesa rusa, sentada debajo de uno de los jamones, notó como una pringosa gota de grasa manchaba la ropa que cubría su pecho. El amable dueño se prestó a limpiársela y de ahí, según cuenta la leyenda, surgió un romance. El mesonero, enormemente agradecido al grasiento jamón, lo indultó de por vida.

Elijan la que más les guste.

(…)

Y era un fino de aloque del que tienen en la taberna del Gorrión y nos juntamos unos con otros y con las damas allí presentes y hubo honesta conversación y holganza donde un credo antes hubiera fiera batalla y crujir de fresnos y resonar de abolladuras en los hierros. (…)

En busca del unicornio. Capítulo IV.

(…)

  • En algunas variantes de la leyenda del lagarto de la Malena se mencionaba que el lagarto custodiaba la Mesa de Salomón -me confió mi amigo Juan mientras degustábamos un vino acompañado de queso añejo y rosquillas en la taberna del Gorrión-. (…)

Plaza de San Francisco

Una de las plazas más emblemáticas de la capital es la de San Francisco, que debe su nombre al antiguo monasterio edificado a mediados del siglo XIV bajo la advocación de San Francisco de Asís.

El Convento fue demolido a finales del siglo XIX y en el terreno que ocupaba se localiza la plaza de San Francisco y el Palacio de la Diputación Provincial, proyecto del arquitecto Jorge Porrúa. Una escultura de la Magdalena orlada de crípticas inscripciones preside actualmente el patio de la Diputación, en el lugar exacto donde estuvo la capilla templaria del antiguo Convento de San Francisco. Pero como indica Juan Eslava Galán en Los Templarios y la Mesa de Salomón, antes de monasterio fue el palacio de Fernando III en Jaén.

(…) En los días siguientes recabé información sobre el palacio de Fernando III en Jaén (…) En 1354 el rey Pedro I el Cruel lo cedió a los franciscanos. Reconvertido en monasterio perduró hasta 1867, año en que fue demolido para construir en su solar el actual edificio de la Diputación Provincial (…)

Los Templarios y la Mesa de Salomón. Capítulo 17.

También Eslava Galán hace mención de la plaza y el monasterio en su obra En busca del unicornio:

(…) Y acabada la misa, que todos oímos con gran devoción nos retrajimos extramuros, saliendo por la susodicha puerta de Santa María, a la plaza del monasterio de San Francisco, donde se había aderezado la carrera, para hacer un muy lucido torneo (…)

En busca del unicornio. Capítulo IV.

En este entorno, también estaban las antiguas Carnicerías, que fueron demolidas en 1930 y su espacio también lo ganó la plaza de San Francisco.

(…) Si no llorara aquí un niño de pecho y allá se alcanzara a oír, desde detrás de las bardas del huerto de los frailes, el poderoso rebuzno del burro padre, pudiérase percibir el vuelo de una mosca de las muchas que por allí andaban entorpeciendo el sosiego y recreo de la gente, que acudían de las cercanas carnicerías, do se crían muchas y lozanas y muy picadoras. (…)

En busca del unicornio. Capítulo IV.

Palacio del Condestable Iranzo

Una vez que llega a Jaén, la comitiva que tiene que buscar y encontrar al unicornio se hospeda en el Palacio del Condestable de Castilla, el muy ilustre señor don Miguel Lucas de Iranzo, señor de Juan de Olid, nuestro peculiar héroe.

El antiguo Palacio, hoy sede del Patronato Municipal de Cultura y Turismo de la ciudad de Jaén, fue construido en el siglo XV, conservándose aún el salón mudéjar, cuyo interior está cubierto con un magnífico alfarje mudéjar, ejemplo único de este arte en toda la ciudad y la galería de arcadas en el patio de estilo gótico tardío.

(…)

Y con esto llegamos al palacio y posada del Condestable y nos retrajimos a ella y cesó la música para descanso de los instrumentos y también de los oídos, que ya venían algo atronados y ahítos del recio parcheo y acompañamiento, y el maestresala del Condestable fue repartiendo a todos los venidos por los aposentos, con muy discreto concierto (…)

En busca del unicornio. Capítulo IV.

Arco de San Lorenzo

El arco de San Lorenzo es el único vestigio en pie de la antigua iglesia que le da nombre. Data del siglo XIII. Catalogado como Monumento Nacional desde 1877.

Situado en la confluencia de las calles Almendros Aguilar y Madre de Dios, para su construcción se utilizó un bastión defensivo que lo aprovecharon como sacristía, cuyo ábside es lo que queda hoy día como arco de San Lorenzo.

El interior está dividido en dos plantas. En la baja se localiza la antigua capilla de la iglesia, un auténtico tesoro del arte mudéjar giennense que evoca a la Alhambra de Granada. En el segundo piso se sitúa la antigua sacristía.

El arco de San Lorenzo destaca también por el enorme legado histórico que atesora, habiendo sido velado el monarca Fernando IV, rey de Castilla, fallecido en Jaén y que el propio Eslava Galán atestigua en Los Templarios y la Mesa de Salomón.

(…) La misma tradición asegura que velaron el cadáver del monarca, o incluso lo sepultaron, en el Arco de San Lorenzo de Jaén. (…)

Los Templarios y la Mesa de Salomón. Capítulo 21.

Otro hito histórico que atesora el Arco de San Lorenzo es que aquí yace Juan de Olid, secretario del Condestable Iranzo. Hito histórico y también literario, porque Juan de Olid es el héroe que Juan Eslava Galán utiliza para ir “En busca del unicornio”. También el autor hace mención de este hecho en Los Templarios y la Mesa de Salomón

(…) A Juan de Olid y a su esposa los sepultaron en la parroquia de San Lorenzo, perteneciente al hospital fundado por don Luis (…)

Los Templarios y la Mesa de Salomón. Capítulo 22.

Taberna del Arrabalejo

Juan Eslava Galán homenajea en su obra a la taberna del Arrabalejo, uno de los establecimientos con más raigambre de la ciudad.

La taberna tiene dos plantas. En la baja se localiza un restaurante y la planta alta alberga un auténtico museo fotográfico de imágenes antiguas.

(…) En los cuales dos días no hubo nada notable que decir pueda, fuera de que dos ballesteros alborotaron borrachos la taberna que dicen del Arrabalejo, lugar donde se junta la canalla de la ciudad, y uno de ellos recibió un tajo de doce puntos de sutura. (…)

En busca del unicornio. Capítulo IV.

Centro cultural Baños Árabes

El Centro Cultural Baños Árabes. Palacio de Villardompardo se localiza en el Palacio del Primer Conde de Villardompardo y Virrey del Perú, don Fernando de Torres y Portugal, un edificio renacentista del Siglo XVI.

Construidos en el siglo XI, los Baños Árabes de Jaén están ubicados en los sótanos del Palacio y su extensión los convierte probablemente en los baños visitables más grandes en España.

A finales del Siglo XVI el Conde de Villardompardo edificó su Palacio sobre los Baños, quedando parte de ellos ocultos entre los cimientos y sótanos, permaneciendo de esta forma durante los siglos XVIII y XIX.

Juan Eslava Galán hace continua mención a ambos espacios en Los Templarios y la Mesa de Salomón.

(…) En el centro del barrio de la Magdalena, rodeada de los lugares iniciáticos del antiguo santuario matriarcal, frente al palacio de los condes de Villardompardo, vástagos de la familia Torres, en cuyos sótanos pueden visitarse los baños árabes donde murió el rey moro (…)

Los Templarios y la Mesa de Salomón. Capítulo 27.

En el mismo edificio que compone el palacio de Villardompardo también se encuentran el Museo Internacional de Arte Naïf “Manuel Moral”, primero y único de España especializado en este arte; y el Museo de Artes y Costumbres Populares de Jaén.

En la plaza frente al palacio, también existe un elemento que para Juan Eslava Galán tiene mucho interés en sus investigaciones sobre los templarios: la fuente del pato.

(…) en la plaza de Santa Luisa de Marillac (…). En el centro, emergiendo del agua quieta, un pilar octogonal (tan frecuente en la construcción templaria y calatrava) sostiene una semiesfera (la piedra de la Diosa Madre) sobre la que se yergue una oca con sus patas de palmípeda extendidas sobre la piedra. (…). Recordemos que la oca es uno de los símbolos principales de los cultos matriarcales del santuario (…)

Los Templarios y la Mesa de Salomón. Capítulo 26.

El Lagarto de la Malena

El Lagarto de la Malena (corrupción de Magdalena, barrio más antiguo de Jaén y donde se encontraba su mítica guarida), es la leyenda más famosa de la capital, constituyendo posiblemente la creación más destacada de la literatura popular.

La influencia de esta leyenda es tal, que el lagarto se ha convertido en símbolo de la ciudad, estando presente en su espacio urbano (estatua del lagarto), conciertos (Lagarto Rock), en el escudo del Cabildo de la Catedral, etc.

Tanto es así que la leyenda del Lagarto de la Malena es uno de los diez Tesoros del Patrimonio Cultural Inmaterial de España.

Pero quién mejor que Juan Eslava Galán para contarnos la historia del lagarto:

(…) El conserje del hotel me contó la historia: un lagarto monstruoso, más grande que un cocodrilo, habitaba en el manantial de la Magdalena, en el centro del Jaén medieval, y devoraba a las personas y a los rebaños. La población estaba tan aterrorizada que comenzó a emigrar. Entonces, un condenado a muerte se ofreció a matar al monstruo si le perdonaban la vida. La autoridad accedió, lo liberó y puso a su disposición los medios necesarios, pero él rechazó las armas que le ofrecían y sólo pidió un caballo y un cordero.

El cordero se lo comió la víspera de la hazaña en compañía del capellán de la cárcel.

(…) Al día siguiente, al clarear el día, subió al caballo y se dirigió al manantial. Llegado al borde del arroyo dio unas cuantas voces y, en cuanto vio salir al monstruo, le lanzó la piel del cordero rellena de yesca bien seca, que previamente había encendido. El lagarto lo tomó por un cordero vivo, se lo tragó entero, la yesca le abrasó las entrañas y reventó. (…)

Los Templarios y la Mesa de Salomón. Capítulo 1.

Castillo de Santa Catalina

El castillo de Santa Catalina, uno de los emblemas de Jaén, corona el cerro que le da nombre, desde donde se divisa un paisaje único y espectacular de la ciudad y sus sierras. También acoge un Centro de Interpretación en el que se hace un recorrido por su historia.

El origen de la fortaleza es una antigua alcazaba califal del siglo IX, construyéndose el castillo cristiano que ha llegado hasta nuestros días en el siglo XIII.

Tras la conquista de la ciudad por Fernando III, fortifica sus defensas y lo convierte en importante baluarte contra el Reino Nazarí de Granada.

El castillo de Santa Catalina es un símbolo para los giennenses y Juan Eslava Galán se hace eco y lo introduce continuamente en sus obras, como hace en Los Templarios y la Mesa de Salomón.

(…) Durante mis estancias en Jaén había subido varias veces al castillo de Santa Catalina. Después de atisbar los secretos de su constructor, Alfonso X, lo visité nuevamente con otro espíritu (…)

Los Templarios y la Mesa de Salomón. Capítulo 18.